• Autoconocimiento. Conocerse a uno mismo es el camino que nos conduce hasta la sabiduría. 
• Responsabilidad. Cada uno de nosotros es la causa de su sufrimiento y de su felicidad. Asumir la responsabilidad de hacernos cargo de nosotros mismos es lo que nos permite lograr cualquier cosa que nos propongamos.  
• Autoestima. No vemos el mundo como es, sino como somos nosotros. El amor propio es fundamental para construir una percepción más sabia y objetiva de la realidad, nutriendo nuestro corazón de confianza y valentía para seguir nuestro propio camino. 
• Felicidad.  No tiene nada que ver con lo que tenemos, con lo que hacemos ni con lo que conseguimos. Es un estado interno que se genera de forma natural cuando recuperamos el contacto con nuestra verdadera esencia.
• Amor. En la medida que aprendemos a ser felices por nosotros mismos, de forma natural empezamos a amar a los demás tal como son y a aceptar a la vida tal como es. Así, amar es sinónimo de tolerancia, respeto, compasión, amabilidad y, en definitiva, dar lo mejor de nosotros mismos en cada momento y frente a cualquier situación.  

Estos valores que crean valor  han ayudado a miles de personas amar el proceso, y no el resultado.

Cambia tus expectativas por apreciaciones…